jueves, octubre 30, 2008

In Albis

Somos las nuevas generaciones, queridos.


Somos el presente y seremos el futuro. Somos una esperanza, somos un rayo de luz en esta tierra que se vuelve oscura. Somos los jóvenes de hoy en día, ecologistas y sanos. No bebemos si vamos a conducir, y ¿fumar? por favor, es impensable, ¡todos sabemos las consecuencias! Uno de nosotros hallará la vacuna contra el sida y otros tantos arreglarán grifos mientras los demás se dedican al reality show. Somos una generación sociable, abierta, que disfruta de la vida, la exprime cual naranja y se la bebe. Estar encerrados en nuestros putrefactos antros va en contra de nuestros principios y leer es de raros. No tendremos que pensar, ¡para algo existe internet! Nos diremos liberales y abiertos, pero si tu amiga es lesbiana y el amigo de tu primo gay los tratos hacía ellos cambiaran, ¡eh, pero que no pasa nada! A mi me da igual que no seas normal. Diremos estar en contra del sistema, impugnaremos las convenciones sociales y llamaremos retrogradas a nuestros progenitores. Nosotros somos modernos, somos lo mejor que jamás se ha visto, somos la máxima expectación, somos superiores a todos. Escribimos en abreviado porque escribir en todas letras no está de moda, y nosotros siempre vamos a la moda. Tendremos blogs donde contaremos nuestra pésima y rutinaria vida, que nadie leerá pero ¡eso sí! todo el mundo comentará. Querremos ser como él o ella porque son geniales, dejando atrás cualquier forma de personalidad, espera.. ¿Qué es la personalidad? Creeremos ser el centro del mundo cuando en realidad sólo importamos cuando a cambio, podemos aportar algo. Daremos nuestras ideas políticas sin ni tan sólo saber que es lo que estamos diciendo y opinaremos sobre música sólo habiendo escuchado aquél tema tan increíble, y también tan comercial. También criticaremos la literatura, pero nunca hemos abierto una novela ¡Sí! Las que nos manda el instituto. ¡Que vaya mierda de libros joder tío! Si es que leer no aporta nada, no leáis. Tampoco asistáis a clase, solo os enseñan sandeces que a nadie la importan. Quedaros delante de vuestra pantalla, donde, por un instante, os sentís, alguien.

lunes, octubre 06, 2008


No habían reglas, prohibiciones, éramos cómplices, no habían palabras, no habían preguntas; ni respuestas. Devotos, el uno para el otro, sin pasos en falso ni excusas baratas. Despertábamos envidia, rencor, hipocresía, lloros; y eso nos encantaba. No importaba el tiempo, ni el lugar, sólo nuestros cuerpos, entrelazados, formando la simbiosis que todos buscan. Ahogándonos en los ideales del otro, surcábamos en nuestros sentidos para fundirnos en un mar de revelaciones. Nada podía esconderse, tu eras yo, y yo era tu.