domingo, diciembre 13, 2009

Breathe



No tengo hambre.

domingo, diciembre 06, 2009

The Hill


Podría intentar entenderlo. Entender por qué te anhelo, por qué respiro. Podría alzar un interrogante sobre tu voz y hallar centenares de hipótesis que cobijaría entre mis falanges. No serían más que vacías conjeturas que fingirían Respuesta.
Perderme en tu cabello, reír junto a tus latidos, estrechar la cálida yema de tus dedos junto a mis labios – Inmensidad blanca, nieve encumbrando árboles interminables, montañas perforando el cielo. Respiro.
Suaves olas de calor sobre mi piel, tierno y estremecedor placer, aterciopelado arañazo – Agotadora calidez, arena bañando el cuerpo, perpetuo sol quemando miradas. Respiro.
Pupilas trémulas, despertar en tus palabras, dormir en tus pestañas, escuchar (te) – Infinidad negra, luces rezando a la Luna, gotas fruto de melancolía. Respiro.
No existe respuesta. Debes de ser aire; efímero, etéreo, invisible – pero al mismo tiempo tan tangible, tan presente, necesario. Quizás soy la hoja que se dejó llevar, aquella que decidió desprenderse de la rama y volar. Mi columna vertebral habrá encontrado la pluma que la sostiene, que no permite que se derrita, y desplome.
Respiro.
Respiro.
Respiro.