jueves, enero 21, 2010

Mis falanges abrazan las tuyas. Nuestros metacarpos se cubren de besos. Nuestros ocho huesos carpianos chocan y se enredan cómo tus cabellos respirando aire. Nuestras manos en perfecta e inquebrantable simbiosis. Hacen el amor.

Tus pupilas quieren bañarse en mi iris, quieren que mis pestañas giman de placer, que mis labios se estremezcan. Las mías te seducen, te acarician, te perforan la carne y desnudan el corazón. Muerdes mi lengua, y ríes. Bajas los párpados y lanzas al aire un fugaz suspiro; Falanges, metacarpos y carpianos eyacularon.

Tu cuerpo anhela que le siga, y voy tras él cuál felino tras su presa. La tela yace ofendida sobre el frío suelo, el calor de tu piel hace temblar mi vena yugular. Caigo, y tú sobre mí – en nuestra mirada destellos, entre nuestros muslos humedad y calor, en nuestro alma deseo.

Respiración inquieta, gotas de placer, gritos de éxtasis.


No, no pares.



lunes, enero 11, 2010

Afrika

Como leve sonido:
Hoja que roza un vidrio,
Agua que pasa unas guijas,
Lluvia que besa una frente juvenil;

Como rápida caricia:
Pie desnudo sobre el camino,
Dedos que ensayan el primer amor,
Sábanas tibias sobre el cuerpo solitario;

Como fugaz deseo:
Seda brillante en la luz,
Esbelto adolescente entrevisto,
Lágrimas por ser más que un hombre;

Como esta vida que no es mía
Y sin embargo es la mía,
Como este afán sin nombre
Que no me pertenece y sin embargo soy yo;

Como todo aquello que de cerca o de lejos
Me roza, me besa, me hiere,
Tu presencia está conmigo fuera y dentro,
Es mi vida misma y no es mi vida,
Asi cómo una hoja y otra hoja
Son la apariencia de un viento que las lleva.





Luís Cernuda