miércoles, marzo 18, 2009

Cuestión de ovarios



Hoy, tras una apacible tarde entre ruedas y humo me disponía a volver a mi hogar por vía subterránea. Las gentes que circulaban dichos pasajes eran seres singulares, encorvados y con cara de pocos amigos pero, ya se sabe, una se acostumbra. Subí al vagón, terminé de leerme Phèdre y contemplé como desfilaban humanos y paradas hasta que llegó el momento de resurgir a la superficie. Y, señores, aquí es donde la normalidad (aquí en el sentido de costumbre) se turbó y me dejó más que de piedra, de roca, iceberg o menhir. Estaba yo alcanzando el último peldaño de la fatal escalera cuando un habitante del mundo con aire (pseudo)despistado se acercó a mi oído y susurró -abran bien los ojos- “Quiero tus ovarios, nena.”. Francamente no supe muy bien que pensar, ¿sería algún científico americano en busca de células madre? ¿un ginecólogo que vendió su alma a la Locura?. Bueno, esto lo escribo en este instante pero pensé algo parecido a “Joder, ¡qué coñazo estos salidos! Que busque piropos en la wikipedia, a ver si aprende”. Podría haberme parado y haber indagado sobre las razones de dichas palabras, o haberle contestado con alguna frase ingeniosa pero decidí ser sabia e ignorar puesto que es la mejor de las respuestas. A pesar de todo las cuatro palabrejas colmaron mi mente de incógnitas durante toda la cena, ¿de dónde habría sacado eso?. Ahora tras haber digerido veo las cosas con más objetividad y he dejado el incidente en el compartimento de mi memoria reservado a las cosas-poco-relevantes-pero-graciosas-de-recordar-y-explicar-a-tus-futuros-(no)hijos. Y la vida sigue.

2 comentarios:

Paco Bailac dijo...

Te dejo un saludo desde la armonia del coaching.


Paz

pacobailacoach.blogspot.com

Anónimo dijo...

joder, que mal rollo
esto es peor que el exibicionismo de algunos en ciertos baños y ciertas furgunetas. Paro ya sabes que esta clase de personas, solo trabajan los laborales ya que sabado y domindo dascansan.

besos leo