lunes, mayo 10, 2010


Pupilas que escuecen, humo que duerme, ¡vuelo, vuelo!
Piel deja de enrojecerte, deja de quejarte, deja de aullar, deja de morir. Algún día estarás sana, lejos de una contaminación imperialista, expansionista, lejos de un aire que te desgarra. Lejos de unos brillos que te seducen y te violan. Te alejaré de la intangible maldad del efímero enemigo, ¡correremos lejos! Sólo te imploro que dejes de arañarme, quiéreme aunque me pierda en el frenesí de la existencia ¡oh, por Dios! no me abandones, ¡todavía no!


Ojos hidrópicos creo

que mis ojos deben ser;

pues cuando es muerte el beber,

beben más, y desta suerte,

viendo que el ver me da muerte,

estoy muriendo por ver.


La vida es sueño
, Calderón de La Barca

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